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¿Cómo influyen los riesgos y antecedentes personales o familiares de preeclampsia en una gestación?

La preeclampsia (PE) se describe como una enfermedad multisistémica que afecta al 2-5% de las mujeres embarazadas, y es responsable de alrededor de 76.000 muertes maternas. La PE supone la segunda causa de mortalidad materna, por lo que es fundamental tener en cuenta los antecedentes personales y también familiares que se relacionan con el desarrollo de la enfermedad.

Dentro de estos factores de riesgo a considerar, tenemos los siguientes:

  • Edad materna: ser mayor de 35 años se asocia con un riesgo de 1,2-3 veces más de desarrollar PE.
  • Paridad: la nuliparidad aumenta el riesgo 3 veces, lo cual se mantiene después de ajustar este factor por edad, raza o índice de masa corporal (IMC).
  • Historia previa de PE: el riesgo de volver a desarrollar la enfermedad de nuevo oscila entre 7-10 veces:
    • Si el parto por PE se ha producido antes de la semana 28, existe alrededor de un 50% de recurrencia de la enfermedad.
    • Si el parto por PE ocurre entre las 28-34 semanas, el riesgo de recurrencia disminuye al 40%.
    • Entre las 34-37 semanas el riesgo es del 30%.
    • Por el contrario, si se produce el parto por PE por encima de las 37 semanas, el riesgo de recurrencia en gestaciones posteriores es del 20%.
  • Técnicas de reproducción asistida: cuando la concepción no es espontánea, el riesgo de desarrollar PE es doble.
  • Historia familiar de PE: las hijas o hermanas de mujeres que han sufrido PE en una gestación tienen 3-4 veces más posibilidades de sufrir PE.
  • Obesidad: si el IMC es ≥ 30 Kg/m2 el riesgo de PE aumenta 2-4 veces.
  • Etnicidad: el riesgo aumenta en la población negra entre un 30-50% y también en las mujeres de origen sud-asiáticas.
  • Hipertensión crónica: nos referimos a la que se detecta antes de la semana 20 de gestación. Cuando esta condición está presente, el riesgo de desarrollar PE es de aproximadamente 5,4 veces.
  • Diabetes mellitus: el riesgo aumenta 4 veces.
  • Síndrome antifosfolípido: aumento del riesgo de PE alrededor de 3 veces.
  • Lupus eritematoso sistémico: el riesgo de PE aumenta 2,5 veces.
  • Enfermedad renal crónica: el riesgo de PE aumenta alrededor de 2 veces.

Sin embargo, es importante no tratar cada factor por separado, sino combinar dichas características maternas con marcadores biofísicos, como son la toma de la tensión arterial y la medición de las arterias uterinas, y marcadores bioquímicos como la PAPP_A y el PLGF en la ecografía de la semana 12. De esta manera, obtendremos un riesgo de desarrollar PE ajustado e individualizado para cada paciente.